domingo, 5 de abril de 2015

Caso clínico Trui

Trui es un macho entero de 13 años de raza Yorkshire Terrier. En junio de 2014, en una visita veterinaria de rutina, se le auscultó un soplo holosistólico con PMI mitral aparentemente no asociado a sintomatología de bajo gasto cardíaco, aunque sus propietarios reportaban que Trui tenía tos seca "desde siempre". Unas semanas después se le hizo un chequeo completo, evidenciándose una leve cardiomegalia en la radiografía de tórax con un VHS de 11,3 (el rango considerado fisiológico para esta raza es 9,9 +/- 0,6).

Rx LL derecha

Rx VD
En este momento, y por decisión de los propietarios, no se realizan más pruebas diagnósticas ni se instaura tratamiento médico alguno.

Seis meses después, en diciembre del mismo año, Trui acude de nuevo a la clínica con un cuadro agudo de taquicardia, taquipnea, tos y marcada distensión abdominal. En base a las radiografías de tórax se determina que sufre un edema agudo de pulmón, así como un severo colapso traqueal, y se recomienda ecocardio una vez estabilizado médicamente. Se le pauta benazeprilo y furosemida. Unos días después Trui ha mejorado mucho del cuadro respiratorio, pero persiste la ascitis, por lo que se añade pimobendan al tratamiento y se cita para ecocardio.

Rx LL derecha

Rx VD
En estas radiografías se evidencia una marcada cardiomegalia, con corazón "globoso", VHS de 11,5 y elevación dorsal de la tráquea, así como marcado colapso traqueal y patrón pulmonar alveolar difuso, compatible con edema de pulmón. En la proyección ventrodorsal se aprecia además marcada distensión de las arterias pulmonares.

El examen físico de Trui el día de la ecocardio muestra una condición corporal 3/9, marcada distensión abdominal, soplo holosistólico grado V/VI con PMI mitral, así como soplo en lado derecho, frecuencia cardíaca de 160 lpm y taquipnea. La Presión Arterial Sistólica medida con Doppler resulta ser de 180 mmHg, aunque se deja en duda por el carácter marcadamente nervioso del paciente.

Las siguientes son imágenes relevantes del examen ecocardiográfico:

Corte transversal del ventrículo izquierdo a nivel del los músculos papilares (lado derecho).
Índice de excentricidad (cuando D2/D1>1 indica aplanamiento del septo)

Mismo corte.
Medición de los grosores parietales.

Corte apical (lado izquierdo).
El aumento de tamaño del lado derecho es evidente.

En el modo bidimensional se evidencia la dilatación tanto de la aurícula como del ventrículo derechos; en el modo M del ventrículo izquierdo a nivel de los músculos papilares se evidencia un aplanamiento del septo interventricular, aplanamiento que es constante durante la sístole y la diástole, hecho que ayuda a diferenciar la simple sobrecarga de volumen del ventrículo derecho de la hipertensión arterial pulmonar.

                                      



Utilizando el doppler color y el doppler continuo se evidencia una regurgitación mitral significativa.



En este caso existía, además, una regurgitación tricúspidea severa.


El doppler pulsado de la arteria pulmonar revela un flujo de Tipo II, que se caracteriza por una aceleración rápida y es característico de la hipertensión pulmonar.




El examen ecográfico abdominal confirmó la ascitis y la hipertensión portal post-hepática.

Regurgitación tricúspidea: en ausencia de obstrucción en el tracto de salida del ventrículo derecho, las presiones del ventrículo derecho y de la arteria pulmonar son equivalentes durante la sístole, y la cuantificación del jet de regurgitación tricúspide permite estimar la presión en la arteria pulmonar. Para ello se utiliza la ecuación de Bernoulli modificada, que afirma que el Grad. Presión = 4V2. En este caso, en base a una regurgitación de 5 m/s, se estimó una presión arterial pulmonar de 100 mmHg, lo cual determina que Trui padece una Hipertensión Arterial Pulmonar Severa.

Se sospecha que el origen de dicha hipertensión es secundario al colapso de tráquea crónico.

Se procede a la abdominocentesis para aliviar la presión sobre el tórax y se añade espironolactona y sildenafilo al tratamiento. También se modifica la pauta de administración de furosemida a la vía subcutánea para optimizar su absorción.

A día de hoy Trui está estable clínicamente, aunque requiere de abdominocentesis esporádicas para controlar la ascitis.