Les presento el caso de Taca, una perra entera de 10 años de edad, de raza Pointer, que acude a la clínica con un cuadro de ceguera aguda unilateral. La anamnesis no revela ningún otro signo clínico.
A la exploración, Taca presenta una buena condición corporal, 4-5/9, mucosas ligeramente pálidas, ausencia de linfadenopatías y auscultación cardiaca y pulmonar normales. El ojo izquierdo presenta una ligera proptosis, y se observa una hemorragia en camara anterior que parece "empujar" el iris anteriormente y que impide visualizar el fondo de ojo. La PIO es de 24 mmHg, el test de Schirmer es normal, y la córnea se tiñe muy difusamente con fluoresceína. La pupila es no responsiva a estímulos, y el reflejo de amenaza es negativo, con lo que se confirma la presunta ceguera. El examen oftálmico del ojo derecho es normal.
Ante la imposibilidad de valorar el fonde de ojo con el oftalmoscopio, se procede a realizar la ecografía ocular, donde se puede observar en el ojo izquierdo, que las membranass retinianas están completamente desprendidas, desde el disco óptico hasta la ora serrata. Anterior a ellas se observa material ecogénico, compatible con hemorragia/líquido inflamatorio. El ojo contralateral es ecográficamente normal. Se realiza un examen ecográfico abdominal completo, donde no se observan alteraciones.
Ecografía ocular:
Examen ecográfico del ojo "sano" |
Examen ecográfico del ojo alterado |
El desprendimiento de retina consiste en la separación de la retina neurosensorial del epitelio pigmentario retiniano. Puede estar causada por, como mínimo, uno de los siguientes mecanismos: exudación, desgarro retiniano o tracción sobre la retina. La mayoría de desprendimientos de retina en pequeños animales tienen su origen en un proceso exudativo. La etiología del desprendimiento de retina es muy variada, existiendo causas traumáticas, conformacionales del ojo, hipertensión arterial/hiperviscosidad sanguínea, neoplasia, enfermedad inmunomediada y corioretinitis. Las causas infecciosas de desprendimiento de retina son múltiples, estando en primera línea, sobretodo en áreas endémicas, las infecciones por Leishmania spp y Ehrlichia spp.
Se realiza una analítica completa, incluyendo hemograma, bioquímica y urianálisis. El hemograma revela, como única alteración, una anemia regenerativa leve, mientras que la bioquímica muestra una marcada hiperproteinemia debida a hiperglobulinemia. Además, existe elevación moderada de la ALT y la ALKP. Los valores de BUN y CREA permanecen dentro de rango fisiológico, y los resultados del urianálisis son normales. La medición de la Presión Arterial Sistólica es de 140 mmHg.
Se procede a enviar suero de la paciente al laboratorio de referencia para detección de anticuerpos de Leishmania spp, siendo el resultado del IFI un título de anticuerpos 1/320 (positivo) y revelando el proteinograma una beta y gammaglobulinemia, estando el cociente A/G muy reducido.
Se presupone que la vasculitis secundaria a una Leishmaniosis clínica es la causa del desprendimiento de retina (probablemente asociado a una corioretinitis) y se inicia una pauta de tratamiento leishmanicida con Miltefosina a dosis de 2 mg/kg/SID (por preferencia del propietario sobre el tratamiento inyectable) y leishmaniostática con Alopurinol a dosis de 10 mg/kg/BID.
Teniendo en cuenta las posibles causas infecciosas de desprendimiento de retina, la marcada hiperglobulinemia y la reticencia de los propietarios a realizar más pruebas médicas, se pauta Doxiciclina a dosis de 5 mg/kg/BID para cubrir una posible infección concomitante por Ehrlichia spp.
Una compañera especialista en oftalmología valora el ojo, diagnostica Iris bombé y panuveítis y pauta tratamiento con una combinación de colirios.
El pronóstico de un perro con desprendimiento de retina está directamente relacionado con la causa primaria. La recuperación de la visión depende de un diagnóstico y tratamiento tempranos. Si la causa subyacente se detecta rápidamente y es tratada, la retina puede volver a su posición, y el paciente puede recuperar parcialmente la visión. Sin embargo, hasta el 80% de la nutrición retiniana y suplemento de oxígeno es aportado por la vasculatura coroidea, con lo que, desde el momento en que la retina se separa de la coroide y del epitelio pigmentario, comienza la degeneración. La naturaleza del fluido subretiniano, la duración del desprendimiento y la magnitud del mismo, influyen en la rapidez y grado de degeneración retiniana.
La evolución de la paciente, a día de hoy (3 semanas después del diagnóstico), es favorable, a pesar de no haber recuperado aparentemente visión en el ojo dañado, su clínica mejora y la PIO permanece estable. Su proteinograma de control nos dará más información!
Agradecimientos a la Clínica Veterinaria Alcúdia.
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